¿Bolivia tiene Soberanía Energética? - El Diario 13-7-25
Para responder a esta pregunta definamos ese concepto. “Soberanía Energética se refiere a la capacidad de un país para controlar sus recursos energéticos y satisfacer sus necesidades energéticas de manera autónoma, sin depender de fuentes externas. Implica tomar decisiones sobre la producción, distribución y consumo de energía, considerando aspectos como la propiedad, la seguridad, la tecnología, los combustibles y el impacto ambiental”, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En otras palabras, implica empoderar a las personas y las comunidades para decidir sobre su propia energía, utilizando recursos locales y promoviendo sistemas energéticos sostenibles; en resumen, implica que un país debe reducir la dependencia de las importaciones de energía, diversificando las fuentes y utilizando sus propios recursos como herramienta para el crecimiento económico y el bienestar social. Es decir, reducir la dependencia de otros países o empresas para el suministro de energía. El concepto de Soberanía Energética tiene directa relevancia con el de Pobreza Energética, que se refiere a la situación en la que una comunidad no puede alcanzar a cubrir sosteniblemente sus necesidades básicas de energía, lo cual puede llevar a condiciones de vida precarias, problemas de productividad y dificultades para su desarrollo económico.
En este contexto, existe un generalizado consenso en los agentes energéticos, como la Agencia Internacional de Energía, de que las palancas principales que podrían aumentar la Soberanía Energética son: un uso generalizado de las energías renovables distribuidas y la eficiencia energética; por lo cual es necesario establecer políticas y programas para su desarrollo. Al mismo tiempo anotamos que la guerra entre Rusia y Ucrania ha aumentado la preocupación de los países europeos por los problemas derivados de la dependencia del suministro de petróleo y gas natural de Rusia. Por ello han desarrollado un plan para incrementar su soberanía energética rápidamente, reduciendo de manera acelerada la dependencia de combustible fósiles rusos y avanzar hacia una transición energética ecológica y sostenible hasta el 2030.
Volviendo al caso de Bolivia, se debe afirmar con certeza que en los últimos 6 años se ha reducido notablemente la Soberanía Energética debido a las enormes importaciones de diésel y gasolina, el marcado descenso en las reservas de GN y la inexistencia de una gobernanza que desarrolle el sector energético con leyes que lo modernicen, como una nueva Ley de Hidrocarburos, también de Electricidad (la cual deviene desde 1994, gobierno de Sánchez de Lozada) y es contradictoria con la Constitución Política del Estado. Y que, además, incorpore la Generación Distribuida, una Ley de Energías Renovables, una Ley de Eficiencia Energética; es decir un nuevo marco de política energética que, al mismo tiempo, sirva para atraer Inversión Extranjera Directa.