Brasil rompe récords de contratación de proyectos hidroeléctricos en su nueva subasta de nueva - Por Matías Medinilla matiasmedinilla@strategicenergycorp.com
La Agencia Nacional de Energía Eléctrica (ANEEL) de Brasil adjudicó 65 proyectos hidroeléctricos, por 815,6 MW de capacidad total, en la subasta de nueva energía A-5, con la con la negociación de contratos por valor de R$4.260 millones en lo que fue el volumen de emprendimientos y potencia más alto jamás registrado en licitaciones hidroeléctricas.
Nueve distribuidoras firmaron contratos PPA de compraventa de energía, de las cuales dos de ellas adquirieron más de la mitad de los 384,5 MWm promedio negociados: Amazonas Energía, que contrató 148,8 MWm, y Neoenergia Bahia, que adquirió 87,0 MWm.
La mayor parte de la adjudicación proviene de pequeñas centrales hidroeléctricas (PCH – de 5 MW a 30 MW) ya que hubo 55 proyectos ganadores que suman 738,16 MW de potencia a un precio medio de R$ 392,14 MWh (cerca de USD 72,40 MWh al tipo de cambio oficial).
Mientras que el resto de las asignaciones se dio en 8 hidráulicas de potencia instalada reducida (CGH – <5 MW) que totalizan 21,57 MW a un valor de R$ 396,70 MWh (aprox. USD 73,27 MWh) y dos centrales hidroeléctricas (UHE – superiores a 50 MW o de 5 a 30 MW que no califican como PCH por el tamaño del embalse) que añadirán 55,86 MW a un precio de R$ 400,46 MWh (alrededor de USD 73,96 MWh).
Bajo este contexto, la diferencia entre el precio máximo de la subasta y el precio resultante, un descuento del 3,16%, supondrá un ahorro de R$864,8 millones para los consumidores brasileños, según estimaciones del gobierno.
“Los volúmenes contratados están en línea con las necesidades de expansión identificadas en los estudios de planificación de EPE, que indicaron la demanda de nuevos proyectos hidroeléctricos para abastecer a partir de 2030. Esta alineación refuerza el papel de las subastas como instrumento de política energética, garantizando la seguridad de suministro con base en criterios técnicos”, indicaron desde la Empresa de Pesquisa Energética (EPE).
Además, se espera que las centrales adjudicadas estén terminadas y comiencen a generar la energía contratada a partir del 1 de enero de 2030, con un contrato de suministro de energía por un período de 20 años.
Y cabe recordar que la convocatoria era esperada por el sector energético ya que llegó tras tres años desde la última subasta de nueva energía (la primera desde la vuelta de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia), a pesar que no contempló ni parques solares ni eólicos.