Desde El Alto se apunta a convertir autos de gasolina en electromovilidad

Por Leny Chuquimia

lunes 07 de abril de 2025


Alguna vez se preguntó ¿cómo dar una segunda vida útil a un vehículo con el motor dañado?, ¿cómo modernizar un auto clásico? o mejor aun ¿cómo dejar de depender del combustible para abaratar costos y no hacer filas en los surtidores? La respuesta está más cerca  de lo que cree.

Y es que desde El Alto ya se apunta a un cambio de la matriz energética a futuro. En esta urbe ya se enseña cómo convertir autos de combustión interna en vehículos completamente eléctricos. Los docentes son parte de un taller mecánico que ya trabaja en el proceso, que aunque es relativamente nuevo para Bolivia, ya lleva haciéndose desde hace muchos años en varios países vecinos y de Europa.

“Hace mucho que el mundo está cambiando. En Europa hay países que desde este año ya no van a comercializar vehículos de gasolina, ya están utilizando autos eléctricos, tanto fabricados como los convertidos. Bolivia, tarde temprano, va a entrar a esto y con esta necesidad es que dimos el primer curso para hacer esta conversión”, señaló el jefe de la carrera de Mecánica Automotriz de Infocal, Marco Antonio Martínez, desde el taller de la institución en la ciudad de El Alto.

Allí, hace un par de meses, se dictó el primer curso de conversión de motorizados de combustible a eléctricos. Para dar este curso, la institución buscó profesionales especializados en el tema que, al momento, en el país, son contados.

Así, dio con dos especialistas, Ruly Cordero y Pablo Quispe, que ya cuentan con un taller mecánico en El Alto que realiza el proceso, que importa las piezas necesarias y que además ya da mantenimiento a las electromovilidades. “Utilizan tecnología moderna, no es improvisada, no es una adaptación. Es tecnología que actualmente usan diferentes marcas”, afirmó Martínez.

Una vida nueva

“La transformación interna se hace a partir de cualquier vehículo, antiguo o actual. Lo que hacemos es sacar el motor de gasolina y todos los componentes mecánicos, para reemplazarlo con un kit eléctrico”, explicó Cordero, licenciado en Mecánica Automotriz.

El kit que Cordero menciona cuenta con varios componentes. Para el ejemplo, tiene sobre un mesón uno de 72 voltios; contempla un cargador de baterías, un motor eléctrico, un controlador, un inversor y lo más importante es una batería de litio que, en este caso, también es de 72 voltios.

Todos estos componentes, fundamentales para la conversión, fueron importados de  China. Mientras que los acoples para el motor y la caja de cambios se hacen con diseño y a medida, en el país.

Como muestra del trabajo, en el taller de Infocal se encuentra una “petita” color rojo que volvió a la vida por medio de un motor eléctrico. Ya no tiene el típico sonido del motor de combustión y con su nuevo sistema ganó un 50% de potencia.

Se rescató la carrocería en lo que se llama una economía circular, porque se da una segunda vida útil al vehículo. “Además que un motor parado puede llegar a contaminar el medio ambiente, por los aceites y los refrigerantes que contiene”, agregó Cordero.

Con la práctica, y teniendo el kit completo, la conversión se puede realizar en dos semanas. La dificultad, por así decirlo, está en el costo. Aunque es más barato que comprar un auto eléctrico nuevo, la inversión requerida aún es alta.

“Para la compra e importación de los componentes se requieren como cinco mil dólares. Obviamente la mano de obra genera costos adicionales; en promedio -todo- puede costar unos siete mil dólares. El costo es mucho mayor que la conversión a GNV, que debe costar una quinta parte. Pero por otro lado es más barato que uno eléctrico nuevo de concesionaria, que ahora está por encima de los 30 mil dólares; comparado con ello es barato”, indicó.

Las baterías de litio

Uno de los componentes que elevan el costo es la batería de litio, una pieza que si se fabricara en el país mejoraría el acceso a la conversión. De acuerdo con Cordero, que realiza la importación acorde a lo que mejor conviene a cada tipo de vehículo, solo la batería puede costar 3.500 dólares, la mitad de la inversión.

Aunque el precio es menor del que se tenía hace unos dos años, y se espera que siga bajando, al ser pieza clave para determinar la autonomía de una electromovilidad, puede generar un aumento significativo en el precio.

Por ejemplo, la “peta” convertida con la batería de 72 voltios tiene una autonomía de 80 kilómetros en plano. Si se quisiera aumentar la autonomía se debería aumentar más bancos de batería. Si se pone una más, la autonomía llegará a 160 kilómetros, se podrá operar una mayor distancia, pero ello implica comprar una batería adicional con otros 3.500 dólares.

Pero aun así, los expertos ven que a la larga la inversión es positiva y se va amortizando, pues se tendría un vehículo libre de gasolina, de contaminación y además recortaría varios gastos típicos de un motor de combustión, como el cambio de aceite, refrigerante, calibrado, combustible, etc.

El experto en el rubro automotriz Pablo Quispe indicó que se hizo un estudio técnico, comprobado, en el que se identificó que la “petita” ya convertida, para andar 100 kilómetros, gasta en electricidad 6,2 bolivianos. Esta carga de la batería puede hacerse en casa, con un enchufe monofásico, en cinco horas.

“Ahora, los Toyota Corolla modelo 2020 de combustible, los más conocidos en nuestro mercado local, para andar la  misma distancia, necesitan 32,54 bolivianos de gasolina. Ese es el precio con subvención, pero si esta se levanta  -al precio de hoy- necesitarán 75,52 bolivianos. La diferencia es grande; por ese motivo los autos eléctricos o la conversión convienen a futuro”, explicó Quispe.

Para él, lo importante es que no solo se trata de costos, sino también de contaminación. “El año pasado por septiembre, la ciudad parecía encapotada, pero no era neblina, sino humo. Aunque no lo creamos, el 40% o 45% eran por las movilidades. Con este tipo de autos eléctricos ya no habrá ese problema”.

Además, explicó, contrario a lo que se cree, los motores eléctricos no generan una pérdida de potencia. Al contrario, dependiendo del modelo pueden generar una ganancia.

“La ‘petita’ convertida ha sido llevada al taller conocido en La Paz, donde hay dinamómetros que miden la fuerza y si los motorizados pueden subir las pendientes. La ‘petita’ rindió eficientemente; es más, su fuerza subió en un 50%. El dueño del taller se impresionó porque nunca había visto una ‘peta’ con tanta fuerza. El motor eléctrico tiene mucha más fuerza  que uno de combustión interna”, explicó Quispe.

Señaló que las pruebas también fueron hechas con el especialista Édgar Quiroga, quien certificó a los buses municipales PumaKatari y WaynaBus. “Este motorizado está certificado”, dijo.

Para Quispe, la única desventaja es la batería y el costo. “Pero las baterías de litio cada año van costando menos. Lo ideal sería que nuestro país empiece a fabricarlas, industrializando el litio que tenemos en Potosí”.

Listos para el futuro

Los talleres como el de Quispe y Cordero, que hacen la conversión, la importación de los kits y el mantenimiento de los vehículos son pocos, pero ya trabajan en diferentes puntos del país. Van captando un mercado que aún es pequeño, pero que va creciendo.

Para Martínez, ese es el horizonte al que se debe apuntar. Por ello es que apuesta a la formación de nuevos profesionales que estén capacitados en este rubro.

“Ya vemos necesidad, hay gente pensando en que si tuviera un auto eléctrico no tendría que estar haciendo filas, preocupándose por el costo o el abastecimiento. Aquí entran los técnicos bolivianos, no todos tienen esta formación. Los mecánicos automotrices que tengan conocimiento en electromovilidad podrán hacer la transformación, tener un taller y brindar el servicio. Ya hay talleres que lo hacen. Nuestros estudiantes tendrán esa ventaja, de salir formados para el mercado actual”, afirmó.

Si bien el primer curso no tuvo la demanda que se hubiese querido, hubo tanta gente interesada que a finales de abril se hará una segunda versión. Pero también se prepara una segunda parte que abordará el mantenimiento de los vehículos eléctricos.

“A eso apuntamos, al futuro”, sostuvo Martínez.

 

Se espera un incremento del 14% en las conversiones a GNV

Por la coyuntura, para este 2025, se espera un incremento de alrededor del 14% en la cantidad de las conversiones a GNV, según datos publicados por la Entidad Ejecutora de Conversión a Gas Natural Vehicular (EEC-GNV). Hasta el 25 de marzo se realizaron 2.291 conversiones.

“En el primer trimestre de  2025 se han realizado 1.638 conversiones en el sector público y 653 en el privado (...). Estamos cerrando los procesos de adquisición de 14.500 unidades para sumar a estas 2.291 conversiones y alcanzar las 16 mil, como meta del año. La entidad tiene las posibilidades de responder a la demanda”,  señaló el director de la EEC-GNV, Mario Sapiencia.

De acuerdo con los datos de la entidad, en 2024, año en que se empezó a sentir el desabastecimiento de diésel y gasolina, la entidad realizó 14 mil conversiones, dos mil menos de las que se espera realizar en 2025. Es decir que la demanda subió.

Sin embargo, cabe aclarar que los programas de conversión a GNV, como tal, no emergen  de la actual coyuntura que atraviesa el país. La realización de estos cambios empezó en 2010, como parte de la política de un cambio de matriz energética.

El principal objetivo era el de hacer la transición del transporte público, por lo que la conversión para este sector es gratuita; esto incluye el kit de conversión, el cilindro y la instalación. Para el sector privado, el propietario recibe sin costo  el cilindro o el kit.

Desde la entidad se explicó que los kits de conversión utilizados son de tercera y quinta generación, de acuerdo con la tecnología y estado de los motorizados por convertir. Se indicó que es un mito que el GNV puede dañar el motor de los autos, asegurando que el mantenimiento oportuno y preventivo del sistema de GNV garantiza la vida útil del motor.

 

Beneficios para importar vehículos eléctricos

Los vehículos eléctricos son cada vez más populares. Ya no solo se trata de motos, bicicletas o vehículos pequeños. Diferentes importadoras, nuevas y reconocidas, apuestan por traer estos motorizados.

Según datos del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, entre julio y diciembre de 2021 se importaron 601 motorizados eléctricos, en 2022 la cifra subió a 894 y en 2023 a 1.893. Aún no se tiene la cifra de 2024.

Desde el Gobierno se ha impulsado la importación de autos eléctricos e híbridos mediante la Ley 1151 de Movilidad Eléctrica (2019). La norma establece una serie de incentivos fiscales para quienes opten por su adquisición e internación al país.

Uno de ellos es la exención del pago del Impuesto al Valor Agregado, del Impuesto a las Transacciones y del Impuesto a la Propiedad de Bienes Automotores. A esto se suman beneficios regionales, como el de la Alcaldía de La Paz, que realiza un reemplaque gratuito para los vehículos eléctricos.

De alguna manera esto genera interés por parte de los importadores y distribuidores de autos eléctricos, que con la crisis de combustible van aumentando su oferta. Algunas empresas que ya están en el rubro son: Toyota, Nissan, Hyundai, KIA, Chevrolet, BYD, Aicar, Renault y otras.

Pero si bien estos son beneficios para vehículos importados o construidos en el país, no se menciona la posibilidad de la conversión. A diferencia de los estímulos que se dieron para el cambio de matriz energética al GNV, no hay una política de apoyo para quienes migren a la energía eléctrica, tal vez porque es algo muy nuevo para el país.

En muchos países este proceso avanza como una forma de dar solución a la cuestionante de qué hacer con los vehículos viejos cuando se cambie a un parque automotor eléctrico. Con este proceso se reciclan las carrocerías.