Investigación: Autos eléctricos | Un sueño eléctrico (II parte)

Esas dos vertientes para cambiar la matriz energética del país, tiene una larga historia. El uso de vehículos eléctricos, cuya invención no es nueva y data desde 1834 gracias a las invenciones de los franceses Gaston Planté y Camille Faure, se ha extendido en la actualidad y ha tomado un fuerte impulso a nivel mundial en los últimos años. Las proyecciones más recientes coinciden en que el uso de los VE tendrá un crecimiento importante durante esta y las próximas décadas, aunque también se advierte que el parque automotor a nivel mundial seguirá dominado por vehículos a combustión interna (gasolina y diésel).  Según BloomberNEF, en el mundo existen más de 1.400 millones de vehículos convencionales y 16 millones de eléctricos. Las ventas globales de coches a energía eléctrica han tenido un importante crecimiento en los últimos tres años, llegando a 6,6 millones el 2021 (Agencia Internacional de Energía) y se estima que en el 2022 superó los 10,5 millones de unidades, siendo los principales mercados China, la Unión Europa y Estados Unidos.

En un contexto donde los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural) son responsables del 64% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel global, la electrificación del transporte apunta a ser la solución, por más que aquello provocaría una mayor demanda de electricidad en el denominado ámbito de la electromovilidad. Un VE tiene un motor eléctrico que se alimenta total o parcialmente de la energía almacenada en las baterías, en su mayor parte recargables de ion litio. Entre sus beneficios, además de reducir el impacto de gases de efecto invernadero se cuenta que no genera partículas que contaminen el medio ambiente, lo cual reduce los riesgos para la salud humana.

En Bolivia, según cálculos presentados por el Ministerio de Hidrocarburos y Energía en 2021, la utilización de energía eléctrica en los VE permitiría un ahorro considerable en relación al gasto en gasolina o diésel. Por ejemplo, para un recorrido de 100 Km, un vehículo a gasolina gasta Bs 28,9; mientras un VE, dependiendo del tipo de recarga (lenta, semi rápida y rápida) y el horario (bloque bajo, medio alto) tendría un gasto mucho menor.