La región potencia su sector eléctrico, pero amenazan los apagones

América Latina es una de las regiones de mayor crecimiento en el sector eléctrico, de hecho, casi todos los países están cerca al 100 por ciento de cobertura de su población. Informes especializados así lo establecen y destacan los esfuerzos que hacen los países en este rubro.

Sin embargo, la gran mayoría de los países todavía presenta un serio problema: el desarrollo en la infraestructura eléctrica es menor a la demanda, que en los últimos años se disparó por el crecimiento demográfico y el cambio climático. Eso según un análisis de la Agencia Internacional de Energía.

Y aunque no hay un ‘ranking oficial’, esta debilidad se traduce en que hay países que presentan grandes y consecutivos apagones de energía eléctrica. En esta lista, Venezuela, Argentina y Brasil ocupan los primeros lugares. Bolivia no figura en esta nómina.

Según un informe de la Cepal, el consumo de energía eléctrica aumentó un 30% en los últimos 10 años en la región. Pero el acompañamiento en la generación y sobre todo en la infraestructura de transporte no fue el mismo.

La situación se complica cuando el Banco Mundial señala que los sistemas eléctricos en América Latina son vulnerables a eventos climáticos. Como las olas de calor y las heladas y por eso, la sombra de los apagones persiste.

La Agencia Internacional de Energía señala que el índice promedio de cobertura en América Latina y el Caribe llega a 97,38%, el único país que registra el 100% es Barbados. Luego están Cuba (99,98%), Uruguay (99,90%), Brasil (99,77%), Chile (99,70%). Colombia (96,81%), Bolivia llega al 94%, todos muestran un crecimiento.

Sector eléctrico

Pero el principal avance esta en el área rural, donde el acceso creció más de 20%, de 65,3% hace 10 años, a 87,5%. Aun así, hay países, sobre todo en Centro América, que tienen importantes índices de déficit de cobertura en sus zonas rurales.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por su lado, calcula que en la región hay 18 millones de ciudadanos que no tienen acceso a luz eléctrica ni pueden mantener refrigerado sus alimentos. “No obstante, la región ha avanzado de manera notable”, asegura este organismo multilateral.

El BID considera que la región necesitaría alrededor de 13.000 millones de dólares de inversión para conseguir un acceso total. Aun así, si se quiere alcanzar la meta de acceso universal a 2030, como señala uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y considerando la demanda asociada al crecimiento poblacional, tanto urbano como rural, se estima que la inversión necesaria en infraestructura eléctrica será de 25.000 millones de dólares.

En cuanto a la capacidad instalada y la matriz eléctrica, se estima que 58% de la generación de electricidad de América Latina y el Caribe proviene de fuentes renovables. Un porcentaje que a su vez se encuentra compuesto por 77% de electricidad de las centrales hidroeléctricas. Seguido por la generación eólica y solar que juntas suman 13%, biomasas 9% y geotérmica 1%. El 42% es energía tradicional termoeléctrica.

Apagones

Pese a estos importantes avances, varios países de la región sufren constantes cortes de energía eléctrica, por varios motivos, pero sobre todo por la debilidad que tienen en cuanto a su infraestructura. Los casos son recurrentes en Venezuela, Argentina y Brasil, en ese orden.

En los últimos 10 años Bolivia no tiene registro de apagones de gran magnitud, todos los restantes países de la región tienen eventos por distintos motivos, algunos más grandes que otros.

La historia muestra, por ejemplo, que el 17 de junio de 2019, será recordado en la región como el día del ‘gran apagón’. Esa fecha, como nunca antes visto, se quedaron sin luz durante varias horas millones de personas en Argentina, Uruguay y Paraguay. Al final nunca se dio una explicación clara sobre lo ocurrido.

Ese mismo año, en diciembre, una falla dejó sin energía a 19 de 23 estados en Venezuela por casi cuatro horas. En esa oportunidad, el Gobierno señaló como las causas a posibles atentados, pero luego se comprobó que se trató de fallas en la infraestructura. Después, los cortes en este país fueron más frecuentes.

En marzo de 2022, un corte eléctrico masivo dejó sin luz durante varias horas a gran parte de los residentes de Buenos Aires y otras localidades argentinas por un incendio que afectó la red nacional eléctrica.

El corte eléctrico afectó también al área metropolitana de Buenos Aires y a Córdoba, Santa Fe, La Rioja. También Tucumán y Mendoza, según los datos difundidos en ese momento. Luego se sucedieron otros cortes más en este país por otros factores.

En tanto, un 15 de agosto millones de brasileños se quedaron sin energía eléctrica. Un apagón afectó a buena parte del país. En Sao Paulo y Salvador de Bahía los trenes del metro circularon más lento de lo habitual. En el Estado de Piauí el corte de electricidad obligó a suspender el abastecimiento de agua. Otras ciudades como Fortaleza o Belo Horizonte se registró un de caos en el tráfico porque los semáforos dejaron de funcionar por varias horas.

A gran escala

Apagones de gran escala ocurren en todas partes del mundo, dicen los organismos especializados. En el año 2003, un apagón masivo afectó a 50 millones de personas en el noreste de Estados Unidos y Canadá. En septiembre de ese mismo año, 57 millones de italianos sufrieron durante un día las consecuencias de un apagón masivo. Y el peor apagón eléctrico en la historia reciente se produjo en la India en 2012 con 700 millones de personas afectadas.

Según la Agencia Internacional de Energía, para el año 2030, la demanda de energía eléctrica en América Latina aumentará un 70%. Esto significa que durante este período se necesitarán más de 140 gigavatios de nueva capacidad eléctrica, lo que puede complicar el panorama de los apagones. Como enfrentar este reto. La industria energética mundial está experimentando un profundo cambio estructural.

El cambio climático y los cambios en las costumbres de los consumidores ayudan a impulsar un proceso de presión que afecta a todo el mercado energético.

En este sentido, la generación de una estrategia propia, las inversiones y la cooperación entre Estados será cada vez más importante. Y aquí se encuentra el mayor reto para los países de América Latina, señala la Agencia. Cada país esta haciendo sus esfuerzos y será importante buscar alianzas. Fortalecer las infraestructuras, tanto en la generación como en los sistemas de transportes. Solo así se podrá enfrentar los nuevos retos y evitar apagones, señalan los especialistas.